domingo, 19 de junio de 2011

QUIERO SER UNA CHICA BOND

Hace algunos días me preguntaron que cuál era la fantasía que me gustaría hacer realidad…  no tenía ninguna, y se fue mi oportunidad, ¡que caray!


Juro que no me volverán a tomar por sorpresa…


“Hoy quiero ser una chica James Bond”.

Cuando empecé a leer para documentarme, me sorprendió lo fácil que sería. El problema fue que mientras más leía acerca de James, más me enamoraba de él, por eso lo utilicé como “el objeto del deseo”.


James Bond es el protagonista de una saga de 12 libros que se han llevado a la pantalla en 25 películas. Es un hombre alto (1.80), de cabello negro, tez blanca, bronceada y hermosos ojos azules, todo él es un cuerpo atlético. Inteligente y audaz, nació bajo el signo zodiacal de escorpión, de ahí su irresistible poder de seducción. Aficionado a las mujeres hermosas, a los buenos vinos y amante de la exquisitez. Con el poder de pertenecer a los más altos círculos sociales; impecable en el vestir, hablar y actuar. Hombre despreocupado, cortés y sofisticado, pero a la vez frío y despiadado.


El agente 007 es comandante del servicio secreto de Inteligencia Británico, con licencia para matar. Vive para resolver misiones ultra secretas de espionaje internacional. Por eso habla varios idiomas, además de que conoce todas las técnicas de guerra. Con un amplio umbral del dolor (¿o será que disimula para no perder la elegancia?), como consecuencia de su alto grado de concentración mental no sangrar cuando lo golpean, o cuando se cae de un edificio, o de un avión (privado, por supuesto) y tampoco termina con la ropa hecha jirones. Amante de las armas y los explosivos, nunca tiene miedo de nada


Obviamente un hombre de esa talla no podrá relacionarse con una mujer estándar; la chica Bond tiene ser el equivalente de él, pero en femenino. El esfuerzo bien vale la pena, si el premio es que tendremos que viajar por el mundo, infiltrados en misiones secretas y viviendo aventuras en países exóticos. Además de gozar de sus favores sexuales, por lo menos una vez mientras dure la misión.


Éste es el perfil que se requiere para ser la compañera de un hombre como James Bond:


Edad: Joven por siempre.
Aptitudes físicas: Cuerpo atlético, atractivo y siempre bronceado, músculos fuertes y definidos (sin llegar a ser grotescos), con gran agilidad y alta resistencia para practicar todos los deportes extremos; entrenamiento profesional para que te hagas pasar por una bailarina clásica de ballet, o un legendario samurái; practicante de yoga y técnicas de meditación.
Perfil psicológico: Inteligente, con un IQ superior a los 160 puntos. Personalidad seductora, coqueta, delicada y astuta; femenina, sexy y distinguida a la vez; elegante y moderna; espiritual, que irradie luz interior y sencillez. Valiente, audaz y segura de sí misma; firme, determinante y con alma de acero.
Formación académica: Graduada en política internacional y asuntos internos; historia universal y contemporánea, arte y cultura; entrenamiento militar para el manejo de armas y explosivos; examen médico de aptitud psicofísica acreditado y licencia para pilotear; experta en robótica y manejo de equipo de alta tecnología. Con conocimientos básicos en medicina.
Diplomados complementarios: - Cocina gourmet, enología, etiqueta y buenos modales.
Lengua extranjera: Cinco idiomas, además del nativo; braille y técnicas para descifrar mensajes en clave.


Ésta es la estrategia a seguir para lograr mi objetivo:


Edad: Sin problema lograré lucir joven por siempre si compro (y me aplico) cremas y tratamientos de rejuvenecimiento. Estoy tomando micro dosis de la hormona del crecimiento para renovar todos mis órganos vitales; por las noches meto los pies en agua fría para desinflamar los tobillos y llevo una dieta anti edad asesorada por una nutrióloga (que es gordita porque tiene problemas de tiroides). Ya agendé cita con el cirujano para esclerosar nuevamente mis várices. Sólo por si se me ofrece, tengo los datos de dos cirujanos plásticos, y de los médicos cubanos.
Aptitudes físicas: Estoy trabajando (jalando) extra en el gimnasio, aumenté el peso y las repeticiones para obtener resultados en menor tiempo, y estoy alternando con otras disciplinas como la natación, el yoga, el tenis y mi favorito el baile, todo para obtener la agilidad requerida (aunque nada ha logrado desparecer mi celulitis). Afortunadamente ya venden los tratamientos de bronceado exprés en el spa, (compraré el programa anual). No cabe duda que fue buena idea hacerme la cirugía lasik, así no tendré que sacar los lentes para leer los mensajes secretos, o el menú cuando James me invite a cenar.
Perfil psicológico: El resultado de mi test IQ es información confidencial.
No tengo ningún problema con la personalidad seductora, coqueta, delicada y sexy. Soy una mujer distinguida y elegante (a menos que un gandaya se quiera pasar de lanza, o que me pongan una cumbia de esas que tanto me gustan). Espiritual sí, ¿sencilla? eso no está en mis genes, te lo cambio por intuitiva y quiromántica. Valiente, audaz y segura de mí, ¡yes!
Firme y determinante es para niñas… yo soy la reina del hielo y también tengo alma de acero.
Formación académica: Ahí es donde la puerca torció el rabo, diría mi padre, porque estoy graduada con honores en la universidad de la vida, pero la política internacional creo que nunca la acredité. La carrera militar podríamos decir que ya la cursé, quienes hemos sobrevivido a una separación o divorcio, nos vimos obligados a aprender tácticas y estrategias de guerra. Tengo licencia tipo A y conducir es algo que disfruto y lo hago bastante bien, desafortunadamente no tengo licencia para matar, por el bien de la humanidad, es mejor así. Soy madre de dos críos, eso me da experiencia de campo como: enfermera, psicóloga y entrenadora. Aún no aprendo a usar todas las aplicaciones de mi BlakBerry, pero cuando lo haga estaré lista para desprogramar robots; después del curso de computación que empecé, seguirá uno de manejo de equipo de alta tecnología, mientras me entreno con el control remoto de mi televisión. El arte y la cultura son pan comido. Sólo es cuestión de perseverar.
La lengua extranjera que domino perfectamente es mi sonrisa… y es universal, lo he comprobado. Después de convivir con dos adolescentes aprendí las técnicas para descifrar claves, ellos también me enseñaron el lenguaje de señas.


Lo mejor de ser una mujer madura es que ya no tengo que preocuparme por cosas como: a quién encargarle los hijos mientras recorro el mundo en busca de aventuras… ¡perdón! quise decir, resolviendo misiones secretas. O qué harás si te llega el periodo en plena misión; tampoco tienes que llamar todas las noches para decir hipocresías como: por supuesto que yo también te extraño “mi amor”, pero así es mi trabajo… y shalalá.


Otra ventaja de “trabajar” con hombres inteligentes y maduros como un James Bond, es que después de cumplir con “el deber”, ninguno de los dos se sentirá culpable al partir a resolver el siguiente caso.




Cierto es que debemos tener sueños, fantasías, ilusiones y grandes aspiraciones, pero la neta es que debemos ser realistas; todo va en proporción a nuestra realidad.
Si no te has entrenado, ¿cómo piensas ganar un maratón?






Qué la fuerza del amor nos acompañen siempre.

martes, 7 de junio de 2011

“¡Ay vida, no me mereces!”

La depresión es la enfermedad del siglo XXI, las estadísticas indican que 8 de cada 10 individuos en el mundo la han padecido alguna vez, y que 4 de cada 10 no la superan. Luego hice un recuento de todas las personas a mí alrededor que están viviendo un cuadro depresivo, y comprobé que las estadísticas no mienten. Yo misma acabo de salir de una depresión severa, que requirió de tratamiento médico y terapia.



Ni por un segundo me haría pasar como una especialista, mi interés en el tema es para entender el problema, luego ser de ayuda como hija, como madre y como amiga. Y si no puedo ayudar, por lo menos tratar con respeto y dignidad al padeciente.
Cuando tomas un curso de salvavidas (guardavidas), te dicen que la regla número uno y la más importante es: primero salva tu vida y luego ve si eres capaz de salvar la de alguien más.

La depresión es la falta de interés por vivir.


Según el diccionario DRAE: Síndrome caracterizado por una tristeza profunda y por la inhibición de las funciones psíquicas, a veces con trastornos neurovegetativos.


Clínicamente: Estado emocional afectivo aplanado que se caracteriza por la desmotivación y pocos deseos de interactuar, puede ir desde un estado leve hasta el suicidio.

La depresión se instaló en las entrañas de la sociedad. Irónicamente hoy que gracias a la ciencia el promedio de 45 se amplió a los 80 años de vida, y ha mejorado la calidad de ésta; el cáncer es curable si se detecta a tiempo y muchas otras enfermedades que antes eran mortales hoy pueden ser tratadas o controladas; hoy que la modernidad nos propicia mayores comodidades; hoy que vivimos con libertad y equidad… nada nos llena, nada nos satisface y nos embarga un vacío existencial que nos consume y nos derrota.
La depresión está ganando terreno en las sociedades del mundo entero gracias a los medios masivos de comunicación y por el ritmo de vida sobre estimulado que llevamos. Hemos caído en las garras del consumismo y la publicidad, de la cultura de lo desechable (use y tire).


La vida real está muy alejada de la que nos vende la publicidad; los mexicanos en promedio somos morenos, robustos y chaparros. Los personajes que aparecen en los programas de televisión pasan horas frente al espejo para que los peinen y los maquillen; los modelos de cualquier producto que veas en publicidad, son actores y han pasado por un trabajo minucioso de diseño de imagen, en el que las computadoras hacen un buen trabajo final.


No podemos competir contra eso, pero caemos en la trampa y compramos: zapatos, cremas, pastillas, laxantes, ropa, autos, perfumes, cigarros, etc., con la creencia de que el producto hará maravillas y cambiará en mí eso que no me gusta. Queremos ser hermosos, perfectos y jóvenes por siempre, además de millonarios.


Y ¿por qué no? si el libro de “El Secreto” dice que yo merezco ser feliz; que merezco tener una ostentosa mansión y una gran fortuna; una relación amorosa con mi alma gemela; una familia maravillosa con hijos hermosos y exitosos. Todo eso merezco… ¡Ah! pero “El Secreto” también dice que tienes que prepararte para recibir lo que mereces, y eso significa: trabajar. También habla de la causa y el efecto, y la ley del boomerang. El único hombre que se ha hecho millonario con la teoría de “El Secreto” fue quien publicó el libro y contrató a una excelente agencia de publicidad.


Lo que nos falta es aprender a aceptarnos tal cual somos; no sabemos amar; amar al prójimo y amarnos a nosotros mismo es algo que no practicamos; nos adiestraron para poseer, y como hoy ya nadie se deja poseer vivimos frustrados y deprimidos porque somos irracionales, egoístas, irascibles y egocéntricos. El problema que enfrentamos hoy, es que cada uno de nosotros quiere imponer sus propias reglas, la cultura de la prepotencia y el menor esfuerzo están arrasando con la disciplina, los valores y el respeto al derecho ajeno que tanto trabajo nos costó aprender a practicar.


No es fácil decidir por dónde empezar, el primer punto a revisar tiene que ser la pareja o la familia, tienes que ser honesto y responder si te sientes cómodo en ese lugar. El segundo punto a revisar es tu trabajo, ¿disfrutas lo que haces?


Si no te gusta lo que hay ahí tendrás que hacer lo necesario para cambiar tu realidad; la mayoría de nosotros somos infelices porque siempre hacemos “lo correcto” y no lo que amamos. Los matrimonios perfectos no existen, nunca han existido; las parejas felices que ves en las revistas de chismes están posando para la foto y además cobran una comisión por prestar su imagen. La mujer perfecta y el hombre ideal son seres fabricados y sacados de las películas de Hollywood, quienes por cierto, generalmente, ellos son homosexuales y ellas son anoréxicas y la gran mayoría son adictos a las drogas y al alcohol. Por supuesto que sus decisiones de vida merecen mi respeto, simplemente creo que no son dignos de seguir su ejemplo.


Toma el control de tu vida y haz lo que tengas que hacer para vivir con plenitud. La felicidad no está en el exterior, ni en una pareja, tampoco en una casa nueva, ni en un auto último modelo. Nada cambiará en tu vida si repites los mismos patrones de conducta y sigues con los mismos malos hábitos. Nadie en el universo tiene la consigna de hacerte feliz, esa tarea es tuya. Cuando hayas limpiado la casa y sacado la basura emocional, cosas maravillosas te sucederán.


Esos pequeños momentos de éxtasis que le dan sentido a nuestra existencia son la felicidad. A cambio, la plenitud es un estado permanente.


El 1 de Julio de 1961 en Norfolk, Inglaterra nació Diana Spencer, más conocida como la Princesa de Gales. Las cualidades que Diana poseía, su belleza y calidad humana la llevaron a ser la mujer más fotografiada del planeta hasta el día de hoy. Casada con un príncipe real y madre del futuro rey del Reino Unido. Era una princesa de carne y hueso, dueña de una verdadera fortuna; tenía a su disposición a todos los diseñadores del mundo. Con su carisma y belleza paralizaba ciudades enteras. A pesar de todo, Diana no era feliz, vivía deprimida y atormentada. Felizmente para ella al final de su vida decidió hacer lo que amaba, y no lo que era correcto.



Que la fuerza del amor y la alegría por vivir nos acompañen siempre.




*“¡Ay vida, no me mereces!”

   Del libro Pedro Páramo, de Juan Rulfo.