miércoles, 24 de noviembre de 2010
¿Tienes delirio de princesa?
Los seres humanos por naturaleza deseamos llamar la atención, tener poder y buena posición; quien diga que no, es el hipócrita más necio del planeta. Todos y todas llevamos en el interior un príncipe o una princesa deseosos protagonismo, atenciones y de mimos. Algunos lo llevamos medio oculto y otros somos príncipes y princesas de Clóset.
Los especialistas recomiendan sacar al príncipe y a la princesa a pasear todos los días para no padecer nungún síndrome.
Para eso los eventos sociales son ideales: recién nacidos nos inician con el bautizo, luego la primera comunión, los XV años, las graduaciones, la boda y el momento culminante es por supuesto ¡el baile de novios! El momento en el que creemos ser la más afortunada por haber encontrado ¡al único! ¡al increíble y maravillosoooo! príncipe azul de nuestros sueños.
Aunque lo negamos y queremos justificar los hechos, tarde o temprano todos actuamos en el mismo show y cada religión tiene un ritual equivalente. Me divertí mucho escribiendo éste artículo de las de princesas y sus respectivos príncipes, con los que nos condicionaron y que marcaron patrones de conducta.
¿Alguna vez nuestros padres se imaginarían que estas historias influenciarían el rumbo de toda una vida?
LA BELLA DURMIENTE.- Es la mujer mimada que pasa su vida dormida; despierta solo para darle un beso a su príncipe, y asume que al despertar todo tiene que estar en su lugar y los problemas resueltos. ¡Ah! pero que nadie dude de su inocencia e integridad, si acaso el destino le orille a encontrarse con desconocidos a media noche y en la oscuridad del bosque.
EL.- Hombre valiente que por la vida matando dragones, quitando a las brujas malvadas del camino; que mantiene a su pequeña, inocente e indefensa encerrada en un castillo y durmiendo cómodamente, mientras él vive toda clase de aventuras.
BLANCA NIEVES.- Ésta mujer no puede convivir con sus congéneres; se imagina que todas la odian por ser linda y hermosa. Cree que si alguien del sexo femenino se le acerca es porque quiere es eliminarla. Por eso se relacionan sólo con hombres, aunque sean enanos y aduladores; no es raro que se vaya con el primer patán que le de un beso "de verdadero amor" aunque no la haya visto nunca antes.
EL.- Típico oportunista que va por la vida besando y levantando a cuanta mujer dormida o intoxicada encuentre a su paso; hombre que ofrece "rescatar" a la princesa de las garras de la maldad para llevarla aun castillo en el que será feliz lavando y planchando sólo para él.
LA CENICIENTA.- Es la niña buena y sumisa, por lo mismo es anulada o sometida por sus parientes o compañeros de trabajo; se compadece a sí misma y para que los demás también la compadezcan se viste con harapos y usa la puerta de servicio. Cuando se le presenta la oportunidad de brillar no se permite ir más allá de la media noche; luego vive rumiando sus recuerdos con los perros, gatos y ratones, llorando entre los escombros de su vida mientras espera el regreso del galán que la dejó sin zapatos y botada a media escalera después de un "buen baile".
EL.- Hombre que va de fiesta en fiesta buscando a una mujer que no existe, a todas las chicas que conoce les quiere "probar el zapato" para ver si es ella su mujer ideal; obvio ninguna "llena" sus espectativas y simplemente se va con la que sigue en la fila.
LA BELLA DE LA BESTIA.- Pobres de aquellas que se involucran con personas irascibles e intolerantes, convencidas de que con su amor y su dulzura transformarán a un mounstro. Pasarán la vida justificando el mal carácter, las faltas de cortesía y las grocerías de su pareja ante su familia, sus hijos y la sociedad. Vivirán recluídas en "su castillo" hablando con los muebles y los platos: únicos amigos que "su bestia" le permitirá tener.
EL.- Estos "seres" están convencidos de que los demás estamos obligados a soportar sus patanerías, viven gritando y ofendiendo a todos; cuando alguien los enfrenta, se sientan a llorar y resultan ser la víctima del cuento.
LA SIRENITA.- Pobre niña, nunca estará conforme con lo que es, no bastará lo que tenga, ella simplemente merecerá más; incluso estará dispuesta a empeñar su escencia, endeudar a su familia e involucrar a sus amigos, todo para complacer sus caprichos.
EL.- Qué mejor compañero para ella, que un hombre que se presenta como el gran solitario, incomprendido, el que tiene todo pero "nadie" ha logrado comprenderlo, ni llenar ese vacío, o quizá porque nadie merece su amor. (Aclaro, el vacío emocional, no el cerebral).
JAZMÍN de Aladino y la Lámpara Maravillosa.- ¿Alguien ha visto esto? Que una mujer se case con un hombre inteligente, atractivo, educado, adinerado y luego de la fiesta, resulta que es un ladrón, un mentiroso y un timador. Caray, cómo duele levantarse de esto. Que verguenza se siente cuando regresas la página y ves que el camino estaba lleno de señales, pero que las ignoraste todas.
EL.- Hábil, seductor, caballeroso y atractivo hombre dispuesto a levantar cualquier teatrito; se las arregla para pintar un panorama adecuado: imagen, carrera, lo que sea para subir de estatus. Es muy larga la lista de talentos que tendría que enlistar y que caracterizan a los estafadores profesionales.
Ya encarrerado el gato, y bien acomodados en el sillón te invito a continuar porque los personajes de los cuentos no se limitan a las parejas.
MULÁN.- La chica que vive enojada porque sus padres deseaban un varón, entonces intenta a toda costa superar las hazañas de los hombres de la familia, y se masculiniza.
WENDY.- Qué peligrosa combinación: niña bonita con delirio de niña buena. La que va por la vida desbordando cuidados, educadora y moralmente responsable de cuanto vago, barbaján y lagañoso encuentra en su camino.
POCAHONTAS.- Es la chica que anda tras los extranjeros, no importa lo corrientes y comunes éstos sean.
ALICIA.- Cuántas mujeres tienen (¿tenemos?) esa gran habilidad de inventar historias desacabelladas donde ellas siempre son las protagonistas, las perseguidas, las incomprendidas, las deseadas y shalalá.
LAS HERMANASTRAS
Que espectáculo tan patético es, cuando te toca ver a una familia en la que están dispuestos a destrozar las mejores galas (o la vida) de una hermana, ya sea porque es menor, más inteligente o más atractiva que los demás.
LAS HADAS.- Por supuesto que no pueden faltar ésas señoras regordetas, sonrientes, amables y siempre lindísimas; lindísimas siempre y cuando las obedezcas o las invites... de no ser así, en automático se convierten en brujas malditas y despiadadas.
PETER PAN.- Es el síndrome más famoso y mencionado por los psicólogos actualmente; Peter Pan es el eterno niño que cuando le conviene es mayor, es líder o es capaz, y cuando se aburre o se fatiga vuelve a la comodidad de la dependencia.
EL REY.- Es el respetable hombre maduro que ante la icapacidad de ser un galán, se proyecta con sus hijos jóvenes y pasa la vida organizando fiestas para que sus príncipes se diviertan, bajo la excusa de que están buscando a la compañera ideal y digna madre de sus nietos.
Que triste es la realidad, quizás por eso inventamos historias y nos ubicamos en mundos de fantasía, de donde sí se pueda escapar, o donde tú tienes el poder de cerrar el libro.
Algunos de nosotros escribimos para que los demás aprendan con experiencias ajenas; para que no tengan que huír de los hogros o las brujas de la vida real.
Creo que es tiempo ya de escribir nuevas historias. Deseo de todo corazón que en los cuentos del futuro se imponga como requisito que sea muy claro el mensaje.
Alguien me cuestionó al respecto y lo hago público: mis protagonistas favoritos de los cuentos de hadas, príncipes y princesas, son FIONA Y SHREK; porque no están nada lejanos de la realidad.
Ella algunas veces es, y luce como una princesa, otras es una gorda grotesca; puede ser dulce, amable y conciliadora. Sabe quien es, y sabe lo que es. Además de que no le importa que su pareja sea un gordo, mal oliente y naco ogro.
Él no tiene la menor intención de mejorar sus modales, de renunciar a su desorden, de lucir como un príncipe. Sabe que ella no es perfecta y aún así la ama.
Enamorarse es muy fácil. “El amor de mi vida” y “mi pareja ideal” son idealizados conceptos románticos.
Lo real y cierto es que el amor se construye día a día y que con el tiempo va cambiando su forma: evoluciona. El matrimonio no sólo es un acto de amor, además es un acto de voluntad.
¡Que la fuerza del amor, la ilusión y la fantasía nos acompañen siempre!
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